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Exhibición Gabinete #1/2020 - 28.02.20 al 18.04.20 PABLO BONDI Curaduría Claudia del Río “De casualidad estudié arte” dice al pasar. Le creo. Alguna vez su mirada fue mediada por una cámara que se quería comer las cosas. Algo así como un rayo que parte en varias, no sé, serán partículas, y deja quieto lo que miras. Aquellos que aman la terceridad de los aparatos, pueden sentir a la cámara como su cuerpo. Pablo ahora tiene entre su pincel, el género retrato y sus manos, a las personas respirantes y al celular. Al costado pasa un rayo, un rayo bueno, que pesca y ya no usa el papel fotográfico sino las telas, el óleo. Siente por ese aceite de tiempo algo particular, así como por las telas, se enamora de las texturas de ellas. Le encantan las mexicanas. Le entusiasma que seque lento, seis meses o siete. Ahora, pasa una imagen, es La Banda, Santiago del Estero. El tiempo del bandeño, es el momento pasajero que tamiza la materia. Siempre hay cuerpos dice Pablo. “Podría pintar sin ellos”, se pregunta. Creo que sí. La pintura en cierto sentido se hace sola. Y te da una vida, o una vida aparte, quieres vivir en ella. Por ahora no es un pintor universal. Es el pintor de la visita, la escasa conversación, mientras se sienta o para frente al modelo y miniaturiza ese humane. Por ahora pinta a los que están vivos, pocos muertos. En la escena quien posa respira, quien pinta respira en exagerada concentración, buscando el hilo de oro, la materia de los colores y cómo “apoyarlos” sobre la telita. Los temas son pintar la familia en vivo, pintar los amigos en vivo, pintar las fotos que le gustan, pintar los retratos que le calientan desde aplicaciones en celulares, pintar los chongos, pintar la madre, a Marina, a Juanpi, a Uli, a Nelly. El tema es cómo “apoya” la pintura en la superficie, el gran tema de lxs pintores. El retrato es un género y un oficio vincular, te retrato para amarte, traigo esa pintura al mundo entonces, ya nada será lo mismo. El “costumbrismo” qué actualización podría tener, las fotos que sacamos en los celulares son eso. Una pintura de veinte centímetros es una miniatura para la elefantiasis del presente, una pintura que se carga en una caja de cartón reciclada y muchas pinturas que se guardan en carpetas foliadas una vez que están secas. Algo del pintor fotógrafo viajero. Camina buscando su modelo. Están los sin cabeza que tendrían cuerpo, tampoco lo tienen. Los que duermen. La familia. Los amigxs. Un paisaje que conversa con un Ouvrard y una obra grande que inspiró cierto techo de Tellería. ¿Es que ya no necesitamos viajar, la materia está en las redes, en la línea de tiempo, en las aplicaciones, no necesitamos traslados, esos cuerpos están, el viaje desde hace veinte años puede hacerse así? Le pregunto qué quería ser de chico, dice “famoso”. Me quedo pensando, ahora cómo sería ser famoso: tener seguidores, salir en revistas papel o en diarios, tener dinero, tener amigos, tener manager, vivir en una mansión, una carrera en una galería internacional, vivir en Hong Kong, aumentar esa comunidad de retratados hasta los miles, tener tiempo, pintar en una cabaña, una casita, pero pintar. No busquemos post pintura aquí, is just painting. La puerta de adentro de un placard de joven de trece. Un patchwork para cubrir la cama. Una pared de posters de un cuarto. Una Capilla Sixtina. Claudia del Río. Febrero 2020

 

Enlaces:

- MUESTRA EL RAYO DONDE ESTÁ: https://www.subsuelo.com.ar/elrayodondeesta

- PABLO BONDI



Exhibición Gabinete #8/2019 - 29.11.19 Dino Valentini

Curaduría Sofía Culzoni “Para entrar por primera vez a un lugar, antes tuvo que estar cerrado” es la idea de adentro y afuera que propone Dino Valentini. Esta propuesta de transición que genera puntos de accesos se puede ver en toda su práctica artística y se ve también en su última producción, en la que busca la tensión entre los espacios y los elementos que componen su obra. Desde su trabajo en muros de gran escala y en contraposición, en su trabajo de taller: minucioso, aislado, tranquilo, pausado, introspectivo. En un adentro su propio adentro, como lo hiciera en su serie anterior: indagando, en él mismo, en sus formas, planos de color y en el paisaje de Traslasierra, que parecía tener mayor protagonismo. A la actualidad, cuando la geometría gana preponderancia en explícitas reminiscencias a su infancia y adolescencia: los colores de las primeras computadoras, la sucesión de ventanas de los programas. Los contrastes cromáticos, contrastes de formas, los cambios de épocas, modas, son herramientas, a modo de preguntas que se repiten y profundizan en toda la producción de Dino. Desde la sugerencia –por momentos– o de forma explícita, muchas veces, deja que la pintura se vuelva dueña del propio discurso de la obra. La pintura se expande, empieza a tomar el espacio y así el espectador se vuelve protagonista. Cada obra es autónoma y al mismo tiempo se torna dependiente del conjunto, de la instalación. Por eso Dino nos invita cruzar el portal, adentrarnos a esta muestra y recorrerla, para ser no sólo contempladores de sus trabajos si no para habitarla.


Sofía Culzoni

Rafaela, Noviembre 2019

 

Enlaces:



Exhibición Gabinete #7/2019 - 25.10.19 PIPAH

La curiosidad es el motor del arte; de los viajes, también.

Llevar un cuaderno: tomar notas, hacer un boceto, dibujar, respirar la libertad.

Recomponer el antiguo hábito de la observación de la naturaleza no a través de las pantallas: mirar, apreciar.

Las formas y las imágenes pueden proceder del mundo vegetal o animal: la curiosidad es la misma.

Al dibujar en cuadernos la obra es doble: anverso y reverso.

El galerista propone un enmarcado doble faz, una exhibición compleja que duplica la obra, que quizás derive en otra obra. O no. También piensa en vitrinas. La exposición de las piezas, producto de la investigación.

Mezclar los materiales también forma parte de la curiosidad: probar con tintas, pegar papeles, escribir textos. La vida es un collage.

De un tiempo a esta parte, algunxs artistxs se han alejado de la naturaleza y se han fascinado un poco con la tecnología. A mí la tecnología siempre me ha decepcionado. Pero otrxs artistxs están volviendo. En esta muestra vemos una apuesta por la naturaleza no solo como tema sino en los materiales elegidos ¿Qué más simple que un lápiz y un cuaderno? ¿O un mural en una pared?.

Los expedicionarios, antes de llevar una cámara, llevaban un dibujante o aprendían ellos mismos a ilustrar sus propias vivencias; añadían también una descripción minuciosa. Aquí vemos una papaya o un cetáceo con breves textos casi ilegibles. Y nosotros acompañamos a esta aventurera, somos parte de la expedición.

También podrían funcionar como postales que la ilustradora nos envía desde tierras lejanas. En estas épocas donde podemos recorrer el mundo con googlemaps o buscar en Wikipedia la información más diversa, esta artista nos propone conocer su visión a través de dibujos y pinturas que hacen de nuestro viaje una exploración más cálida y amable.

Además no busca el rigor científico con el aburrimiento que significa el preciosismo de unas imágenes “reales”, tampoco la búsqueda de la perfección de una fotografía. Estas crónicas ilustradas dan cuenta de la curiosidad de la artista y estimula la de los presentes.

Verónica Laurino.

Noviembre 2019

 

Enlaces:

- MUESTRA MOVERSE A TRAVÉS DEL AIRE: https://www.subsuelo.com.ar/moverseatravesdelaire




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