Exhibición Gabinete #5/2019 - 30.08.19
GEOMETRÍAS DEL ESTE
Fabiana Sacnún
“Qué importa el tiempo sucesivo si en él hubo una plenitud, un éxtasis, una tarde.”
J. L. Borges, en “Página para recordar al Coronel Suárez, vencedor en Junín”, 1953.
– 1 –
Fue en enero cuando recibí el primer mensaje de Fabiana. Con mucha generosidad, me proponía trabajar juntos para esta muestra. Mi sorpresa y mi aceptación inmediata, soy un gran admirador de su obra. En ese texto, me contó también que estaba por hacer un viaje, que tenía previsto estudiar, visitar a su familia y, además, que pensaba recorrer algunos países del Este. Bastante después me enteraría que fue precisamente en esos lugares donde le surgieron las primeras ideas para las piezas que hoy se exhiben. En aquél momento, yo estaba en el medio de un gran desierto rojo en Oriente Medio, aunque bien pudo haber sido otro planeta o solo un sueño. Recuerdo las noches heladas y la inmensidad. Me veo acostado sobre la arena tapado hasta las orejas y toda mi atención puesta en los fuegos, ya vitales. Pensar en nada y en todo. En el fuego y su inasibilidad. En el primer fuego. En la idea de finitud. En la soledad. En las incontables historias de vidas que volvían como ruido blanco desde las piedras y las dunas. En el tiempo y el espacio que desaparecían. O se detenían. O se mezclaban.
Esos fuegos, esos rojos y estos recuerdos hoy, ya me parecen de otra vida. Lo mismo que yo.
– 2 –
Amanecí temprano con todo el día disponible para el taller. Tareas pendientes: retornear, tallar una pieza, modelar la que sigue en el torno... y lo que vaya aconteciendo. Entrar y salir del taller, quemar la leña de la última poda, sí, el fuego también! Sentarme, elegir las herramientas, una en particular que traje del viaje y que modificó de algún modo las superficies, esa tensión permanente entre la voluntad y la sorpresa. Hacer eso mientras repienso lo que escribiste [...] que no deja de resonar y de algún modo, intervenir en mi obra cuando imagino, con la pieza aún cruda, su destino en relación al color...
[...] Vuelvo por tanto, a retomar otro de los tantos temas de investigación pendientes o abordados a medias, “los lustres árabes”, ya te contaré sobre ellos... (F. S.)
– 3 –
Durante estos meses pude conocer un poco más de cerca a Fabiana. Me sorprendió su pasión por el estudio y por su trabajo, y el reconocerme en mucho de su pensamiento. Fabiana estudió de todo y con rigor. Tempranamente, se inclinó por la matemática, la óptica y el análisis de sistemas. Luego, por la filosofía, la lingüística y el psicoanálisis. Al mismo tiempo, pintaba y escribía poesía, y leía (lee). La literatura es, como ella misma dice: la gran compañera de sus días y de sus búsquedas.
Y el descubrimiento de la cerámica:
Hallar la cerámica tardíamente como lenguaje expresivo. Los nuevos amores: el barro y el torno; los vidriados cerámicos, el color como producto de la química sintiendo siempre que algo se fuga. Lo inasible. La doble abstracción de imaginar la obra en su forma y su color, hacer sin ver el resultado hasta que el horno haga su trabajo y algunas veces, las menos, sentir que el horno me devuelve algo de lo imaginado, “los benditos fuegos”.
En cada encuentro compartido en su taller - en cada charla - subyacía siempre la idea de que las diferentes disciplinas no son más que simples etiquetas. Que cada una, desde su especificidad, solo intenta encontrar alguna respuesta a esas preguntas tan básicas como personales; tratar de entender algo.
– 4 –
[...] Admirar a Oriente, su cultura y su cerámica, aprender de ellos, buscar en la síntesis la armonía pero a sabiendas de que nuestra subjetividad es “un chiquero de identificaciones” al decir de Deleuze y Guattari en “El Anti Edipo” [...] (F.S.)
– 5 –
La búsqueda artística de Fabiana Sacnún indaga entre lo racional y lo intuitivo, la reflexión sobre la historia y sus influencias; entre el conocimiento y la imprevisibilidad de los fuegos. Su práctica me lleva a pensar – inevitablemente – en la idea de lo primitivo. O en lo primigenio: intentar reproducir en los hornos lo que el Universo sólo sabe hacer desde que el tiempo es tiempo.
Para esta muestra, construye paisajes a partir de piezas geométricas primarias completamente cerradas que entrega como ofrendas a los fuegos. Un proceso creativo – casi ritual – de aceptación a lo imprevisto: las formas se rebelan, los cristales crecen al ritmo del tiempo y las líneas se transforman en horizontes imposibles. Y una huella no deliberada que aparece en cada una de sus piezas como gesto inconsciente de creer que, en este devenir anacrónico, casi arqueológico, pudiese decir que en algún instante y en algún lugar hubo un presente.
Carlos Stia
1 Félix Guattari y Gilles Deleuze, “Capitalismo y Esquizofrenia. El Anti Edipo”, Editorial Paidós (Fecha de publicación del original en francés: 1973).