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LAS EXCUSAS

LAS EXCUSAS

TEXTO

Cecilia Lenardón

INAUGURACION:

21/3/24

CIERRE:

22/6/24

TEXTO DE SALA

LAS EXCUSAS

Una forma es como un movimiento agarrado

como un algo en suspenso

a veces caprichoso

porque sí

porque se cayó

o se dobló

o porque así quedó

después de una primera cosa

que le dió su existencia

Una forma también es un color encerrado

que quedó allí dentro

para darle pulso

a veces uniforme, plano

a veces irritante

algunas veces conforme

La disconformidad del color es una cosa atendible

La pintura eligió expresarse así

con esos dos aliados bajo cada brazo

forma y color

y los dejó que hagan su trabajo

existencial

hipnótico

tembloroso y sereno

revolucionario

Luego vendrá el tema, los motivos

pero serán excusas

para que exista la pintura

para que la pintura exista


Hoy me desperté pensando que el gris del piso que pinté ayer era muy claro, no veía

la hora de corregirlo. Eran las cuatro de la mañana, tampoco quise hacerme el loco y

meterme en el taller, estaba medio dormido y no podía pintar así. Pero a las siete y

cuarto salí de la cama, desayuné y me puse a trabajar. Oscurecí el piso y me quedé

tranquilo.

Un pintor, yo soy pintor, decía siempre con decisión Rodolfo Elizalde. Y eso implicaba

no sólo una toma de posición, casi un lugar de resistencia, sino una consecuencia

concreta de horas y horas de trabajo.

Si algo contribuyó el maestro Juan Grela al grupo de sus discípulos fue generar un

compromiso real y profundo con la práctica artística, desde un lugar tan

indiscutible como simple: la constancia del laburo.

Y no por tozudez, sino por comprender la idea de que los procesos son frutos que

tienen que madurar, tienen que llegar a un punto justo. Quién pudiese tener la

certeza de encontrarlo! A la pintura hay que perseguirla.

Si uno recorre la producción pictórica de las últimas tres o cuatro décadas de

Rodolfo Elizalde se dará cuenta de que los motivos se fueron reduciendo

paulatinamente a elementos más cercanos, vinculados a un material viviente

siempre a mano. En general pinto cosas que tengo hace un tiempo adentro mío. La

novedad me puede cautivar como a cualquiera, pero tiene que ser algo vecino a

mí, algo un poco amigo. El recorte que presenta esta muestra, obras de pequeño

formato de los años maduros del pintor (2006/2007), intimistas, de motivos

sencillos, cotidianos, revelan su interés cada vez mayor por una búsqueda formal

destilada, que la forma y el color ganen el ojo, pero se circunscriban a algo, tengan

algún apoyo físico, tangible, para que la luz rebote sobre una superficie

despliegue su cromatismo, aunque él después invente el suyo.

A Elizalde le encantaba contar de su interés persistente por el lenguaje plástico, un

lenguaje que, como decía, al lograr alcanzarlo y por momentos dominarlo, lo hacía

sentir millonario. Llega un momento, cuando pinto, que soy ahí, entonces quiero mi

pequeña verdad y me pongo duro, pinto tres veces una cosa, tres días distintos,

hasta que la emboco. En esa instancia tengo ganas de ser absoluto, la pintura me

da esa posibilidad.


Cecilia Lenardón

Rosario, Marzo de 2024


*Los extractos de texto corresponden al libro “Rodolfo Elizalde” de Santiago

Beretta, publicado por Iván Rosado.

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